- Los que escriben un diario, es porque se sienten solos.
+ No es verdad. Es porque tienen algo que contar, porque su vida es diferente. Y, aunque nunca lo confiesen, siempre esperan que alguien lo descubra, lo lea a escondidas para así poder conocer la verdadera personalidad del autor.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Bajo el humo de aquel cigarro.


Yo era de las personas que pensaban que el “AMOR”, por llamarlo de alguna manera, era capaz de vencerlo todo, que mientras existiera el amor entre dos personas, cabía la posibilidad de ser casi completamente feliz, que no había sensación mejor en el mundo que la que comparten dos personas verdaderamente enamoradas. O quizás no es necesario que estén enamoradas, quizás que solo haya un vinculo, un sentimiento, que no tiene porque ser necesariamente profundo.

Estaba completamente equivocada, a veces el amor no es suficiente. A veces el amor no es capaz de superar obstáculos. A veces, a pesar que entre dos persona existen sentimientos, aunque no lleguen a amarse, aunque simplemente sea una atracción demasiado grande, a pesar de esa atracción, no pueden llegar hacer felices.

Tus diferencias conmigo son bastante grandes, se ven a simple vista. Yo pensaba que todo esto era fácil, que si quieres y puedes había que tirarse al abismo sin paracaídas, sin nada, sólo disfrutar de aquel salto que podría llevarte a rozar el cielo con los dedos o estamparte contra el suelo. Siempre pensé que era mejor sufrir por amor, que quedarse con la duda para siempre. Y lo pensaba hasta que te conocí a ti.

Eres lo mejor que me paso en mucho tiempo. De verdad, no te miento si te digo que he podido llegar a quererte más en estos días que en los 17 años que llevo de vida. Apareciste justo en el momento que había aprendido a olvidar como te sientes cuando te dicen te quiero. Como es besar a alguien y saber que mañana lo volverás hacer. Como es ir por la calle cogido de la mano de alguien, como te sientes cuando en cada farola te besan, a cada momento te recuerde que sigue pensando en ti. Y claro que me gusta todo eso, y me siento feliz cuando estoy contigo.

Y ese es el problema, que me siento feliz solo cuando estoy contigo. Cuando te marchas, cuando ya no me abrazas, ni me besas, cuando ya no me consuelas de esa manera indirectamente. El miedo, la incertidumbre, la inquietud, el nerviosismo y la impaciencia comienzan a habitar cada espacio de mi cuerpo. La felicidad se me esfuma y solo quiero hablar contigo, saber que sigue siendo todo tan real como aquella tarde, que sigue habiendo ese sentimiento, que estamos unidos por un lazo invisible.

Por ese motivo no quiero engancharte a mi, soy cada vez más y más insoportable, y no quiero que me aguantes hasta el punto que ya no puedas más con mis tonterías, hasta el punto de que se te olvide el amor y comiences a odiarme, a darte cuenta de que tu vida esta mejor sin mi. No soportaría eso.

A veces, por no decir siempre, le doy muchas vueltas a las cosas. Reconozco ser agobiante, estresante, una experta en sacar de las casillas a cualquiera, experta en hacer todo lo fácil complicado y lo complicado, complicarlo mucho más, una experta en ponerte bomba la cabeza en un minuto. Soy una paranoia andante, todo cualquier mínimo detalle, por tonto que sea, se me hace un mundo. ME SIENTO TAN PEQUEÑITA, cuando no estas a mi lado. Es como que siento que tienes que estar a cada momento a mi lado, para poder seguir. Para SONREIR de verdad, y si tú no estás no existe la felicidad. Y es algo que me agobia, evidentemente, la única culpable soy yo. No me gusta reconocerlo, pero creo que ha empezado a existir una dependencia de mi persona hacia la tuya, es como si todo me constase más trabajo cuando no sé nada de ti. Es como si te necesitara. Y eso es algo que siempre odié, no me gusta depender de nadie, no me gusta necesitar a nadie… Por eso a veces, se me suele pasar una idea por la cabeza, una idea que me aterra en todos los sentidos. La idea de que todo esto acabe. Sé donde esta el problema, sé que soy yo. Debería cambiarlo, pero no sé como, entonces comienzo a agobiarme cuando no encuentro ninguna solución, y la única que se me ocurre es acabar con todo esto, dejarte de ver para no crear más dependencia, más necesidad. Pero de solo pensarlo, las lagrimas acuden a mi impulsándose y haciéndose caer por mis mejillas. NO QUIERO DEJARLE. Le quiero demasiado, le necesito, aunque no me guste, LO NECESITO MUCHO. 

Todo es demasiado complicado. Quizás sea sencillo, pero yo siempre lo hago complicado.

Y ahora solo quiero que me abraces fuerte, muy fuerte contra tu pecho, que pueda sentir la respiración de tu corazón. Porque eso es lo único capaz de hacerme desconectar, dejar mi mente en blanco, no pensar. Y quizás, así poder verlo todo de otra manera, algo más distinta. 


Y aunque no soporte fumar, hoy lo hice. Sólo por probar el gusto de la tranquilidad que deja la nicotina en mis labio, aunque ni el cigarro pudo quitarme esa inquietud.


miércoles, 21 de septiembre de 2011

Dime que todo saldrá bien.

Esto va hacer muy complicado. A ti no te gusta rayarte, yo me rayo demasiado. A ti te encanta “Los Delincuentes” y yo prefiero a “Fito”. Tú tomas tilas una noche de estudios y yo tomó café. Tú amas fumar tabaco, yo en cambio prefiero fumar el olor de tu nuca. A ti te gusta el agua fría en invierno y yo la detecto. Yo prefiero las pelis ñoñas, mientras tú te quedas con las de tiros. Nadie dijo que fuera fácil, pero tampoco nadie dijo que fuera imposible.
  ¿Lo intentamos? 

El invierno ya esta en la vuelta de la esquina. Lo noto. Las noches ya comienza a ser más fresquitas. 
El invierno me encanta. Meterte bajo la estufa cuando sales de la ducha. Pasar una tarde de pelis con palomitas. Ponerte las botas altas, los tacones de borreguitos, los pantalones largos, las faldas con medias, las chaquetas de cuero y vaquera, los abrigos. Más de una manga larga. La bufanda y los pañuelos. Los calcetines gordos. Los guantes.  Los gorros y jerseys de lana.
Llegan los días de paraguas, los días sin salir. Días de biblioteca. De encuentro fugaces entre los ratos de descansos de 15 minutos. Los días de arroparme bajo tu brazo, de que me prestes tu sudadera para no pasar frío. Llegan los días de los besos cortos entre semanas y llamadas de noche interminables. Llegan fin de semana de desconexión de exámenes, de miradas perdidas, de sabanas arrugadas, de besos de todo tipo, de abrazos caluroso, de mordiscos en el cuello, de subidas y bajadas, de tu casa y la mía, de orgasmos y discusiones, de enfados y reconciliaciones, de odio y amor, de compartir secretos, de “esto se queda entre tú y yo”. De “te quiero” en cualquier lado, bajo la lluvia, bajo el paraguas o bajo el portal de mi casa. Días de caricias y palabras. De llamadas y sms. Llegan los días de invierno y lo quiero empezar contigo. Agarrada de tu mano, mientras te digo al oído que no me sueltes nunca. 
Porque nadie dijo que esto vaya hacer fácil. Es más, no quiero ponértelo fácil. Quiero que sepas que más de una vez buscaré tus cosquillas, intentaré sacarte de tus casillas. Porque me encanta, voy a discutir queriendo todas las veces que pueda, sólo por reconciliarme contigo más de una vez al día. Porque a mi me encanta las reconciliaciones.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Una tarde de Septiembre.

Poder tener tu cara entre mis manos, mirarte antes de besarte, sonreírte en medio de un beso. Tener tus manos entre las mías, mis dedos entrelazados con los tuyos.
- ¿Te dijo algo bonito?
- No hizo falta, su miraba se encargaba de decírmelo todo.


- ¿Y yo qué? Yo te quiero mucho.
- ¿“Mucho” cuanto es?
- Mucho. Como la trucha al trucho. Como un viejo a su vieja.  Porque los viejos se quieren muchísimo. Porque para estar 40 años, no más, 50 años juntos, sin follar, ahí sentados en un sillón, aburridos, mirándose. Además que los viejos son muy feos, pues fíjate más se quieren.
- ¿Y así me quieres tú? ¿Tanto? Porque si es así, déjame decirte que yo te quiero mucho más.
- No, no se puede.
- Sí, sí se puede, porque yo lo siento. ¡Ea!
- Eres la niña más tonta del mundo.- Dijo entre risas.
- ¿Por qué? ¿Por quererte? Por que si es por quererte, vale lo admito, soy la más tonta del mundo.
- Creo que me equivoqué de palabra, eres la niña más ñoñas del mundo.
- Lo sé. Y también sé que te encanto.
- Tela, pero tela. Te quiero.
- Yo más.
Y nos besamos. Suspiré, por fin volvía a sentir esa felicidad que hace tiempo no sentía.
- Por favor no te vayas. Quédate para siempre.

martes, 13 de septiembre de 2011

Bendito el reloj que nos puso puntual.

Me gusta leer blogs. Saber que el algún lugar del planeta hay otra chica que se siente como yo. Que no estoy sola, que hay alguien que me comprende. Por que no sé si de verdad son historias reales como las mías o ficticias  Pero si son capaces de escribir esas historias, son capaces de comprenderme y eso me hace sentir un poco de paz interior, aunque no solucionen mis problemas me hacen sentir bien. Por eso quería daros las gracias. (:
Todo es tan complicado. Mi cabeza es una peonza. ¿Por qué todo lo razonable en este momento hace daño? ¿Por qué no dejo de pensar en ti? ¿Por qué no dejo de llorar?
El agua debería llevar alcohol, para así curar las heridas del corazón, sobre todo en este momento.
La verdad es que me canse. Me cansé de pensar en positivo contigo. De creer que esto no esta acabado, que aún puede convertirse en una historia de amor sin final, de esas que duran más de dos horas. Me cansé del todo por nada. De esperar sin saber a ciencia cierta lo que sientes tú. Me cansé de suposiciones. De consejos. De ilusiones rotas. Es que no puedo más.
No voy hacer más la idiota que te espere con los brazos abiertas, y en un silla coja. Voy a vivir mi vida de la mejor manera que sé. Ya tendré tiempo de averiguar que es exactamente enamorarse, y de desifrar lo que significa la palabra amor. Quizás lo haga contigo, quizás no. No lo sé, lo que si sé, de lo que estoy segura es de que ahora mismo no lo quiero.
Lo que yo quiero es ilusionarme. Quiero jugar, dejarme llevar. Mirar y sentir, descubrir emociones nueva que jamás había sentido con nadie. Y al día siguiente olvidarme de todas esas emociones, para así empezar de nuevo y vivir lo mismo pero con diferentes emociones. Salir con mis amigas, emborracharme hasta caer inconciente al suelo, levantarme y seguir bailando. Quiero olvidarme de todo cuanto me rodea.
Acercarme a ese chico que hace tiempo que me mira. Decirle en el oído, que esta noche se acabaron todas mis dudas. Que quiero beber de tu boca, perderme en tu cuerpo. Que quiero jugar esta noche contigo, y convertirme en la princesa de tus sueños prohibidos.
Quiero olvidarme de cada letra de su nombre. De las huellas que me dejaron sus besos al irse. Y sé que quiero que todo esto sea contigo.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Si es que te quiero.

Otra borrachera más juntas.
- Dos ron cola, por favor.
(Le dijo al camarero guiñándole un ojo)
Y otro. Y otro. Y otro...
Al cuarto cubata le grité:
- Brindemos por otra borrachera juntas.
- Brindemos por toda las que nos quedan.
Y reímos toda la noche.
-¿Te quedamos a dormir en mi casa?
- Por supuesto.
Fotos y locuras. Te quiero Geme. (:






- Te quiero.
- Y yo. Gracias por todo.
- ¿Por todo? 
- Sí, por estar a mi lado, por sacarme mi mayor sonrisa.
- Jaja, entonces estamos en paz.
- Buenas noches.
- Hasta mañana.
Tequié, nena. <3

lunes, 5 de septiembre de 2011

En el cuarto aquel donde te quitaba la ropa.

Cierra la puerta, apaga la luz y ve quitándote la ropa.  Quítatelo todo. Túmbate en la cama. Despacio. Lento. Disfrutando del momento. Me encanta estar entre tus sábanas, entre tus dedos. Perder la noción del tiempo.
Ven aquí, agárrame fuerte. No, mucho más fuerte, junto a tu cuerpo. Tanto, que pueda sentir tu latido. 
No, no te preocupes. Me pondré de puntillas para poder sentir tu respiración en mis labios.
No, no por favor. No me hagas cosquillas. Para, para. En los pies no, por favor no lo soporto. Vale, vale. Tú ganas, hazme lo que quieras. Esta noche soy para ti.
Pero, ¿a dónde vas ahora? Vuelve aquí, que echo de menos tus besos, tus caricias, tus dedos por mi espalda.
¿Por qué te vistes tan pronto? ¡Eh! A donde vas, aún no terminé contigo.
No, esa ropa no. Sabes que me pones cuando te vistes de músico. No me controlo cuando te oigo tocar el saxofón. Esa melodía tan sensual que se mete en mis odios y me hace volar, imaginar cosas indecentes.
Muy bien señorito, tú lo has querido. Y anticipando. Dentro de cinco minutos me acercaré a ti lentamente, te quitaré el saxofón de las manos. Cogeré con fuerzas la cuerda que rodea tu cuello y tiraré hacia a mi, hasta lograr hacer rozar mis labios por los tuyos. Besarte con tantas ganas que no querrás que te deje de besar. Luego te iré desabrochando la camisa. Lentamente. Botón por botón. Y luego el pantalón.
Quítame despacio la cremallera del vestido. Acaríciame como si tocarás la más dulce melodía con mi piel.
Quítatelo todo. Quítamelo todo, también. Esta noche es nuestra noche.
Duérmete. Yo estaré esperando a que sean las diez, para despertarte a besos, y volver a empezar todo de nuevo.


Prepárate, porque pienso comerte a besos de aquí al amanecer. <3