- Los que escriben un diario, es porque se sienten solos.
+ No es verdad. Es porque tienen algo que contar, porque su vida es diferente. Y, aunque nunca lo confiesen, siempre esperan que alguien lo descubra, lo lea a escondidas para así poder conocer la verdadera personalidad del autor.

miércoles, 12 de octubre de 2011

A veces "LO SIENTO", no es suficiente.

Dicen que errar es humanos, hay errores que pasan facturas siempre, para todas la vida. Espero que esto no sea uno de ellos.
Cariño, quizás ya no tengo el derecho de llamarte así, ¿de que derecho tengo ya?  De poco, quizás nada.
Siempre critiqué a la gente así, jamás entendí el por qué. Y de repente, me convierto en eso que siempre tanto odie. Soy culpable, la única culpable de mi propio sufrimiento, y quizás del tuyo también.
La cagé, lo sé. Ojala pudiera volver atrás en el tiempo y cambiar lo que hice. Pero por desgracia no puedo. ¿Qué hacer ahora? Necesitas tu tiempo, tu espacio, entenderte e intentar entenderme a mi también, que es lo más difícil.
Solo puede decir, LO SIENTO, cariño. LO SIENTO MUCHISIMO, porque la verdad es que te quiero. TE QUIERO MUCHISIMO.
Haré lo que tú quieras, lo que tú me pidas, esperare lo que tenga que esperar, te demostraré día a día que en mi puedes confiar, que he aprendido de mi error, que no volverá a suceder más. Que todo esto me esta matando por dentro, todo me supera.
Cariño te necesito, te necesito en mi vida.
Aún nos quedaban tantas cosas por hacer, tenias que conocer a mis padres, y yo a los tuyos. Teníamos que ir juntos a fiestas, y estar con nuestros amigos. Tenias que venir a mi casa a ver esa película, seven. Y también ir a Sevilla a pasar el día. Teníamos aún muchos paseos que dar agarrados de la mano, aún tenias que probar mis macarrones a la carbonara, aún teníamos que coger una borrachera juntos e irnos a vivir en Sevilla, y nuestra casa nunca se comería pescado. Aún nos quedaba mil polvos de reconciliación, y esas ganas siempre de más que dejábamos para el día siguiente. Aún quedaba muchos enfados y muchos besos que darnos, hasta los de princesa, que tanto odiabas. Aún nos quedaba muchas tardes de cosquillas en el parque, de cafés y cervezas en el river al compás de Mario Díaz.
Cariño, sé que cuesta creerlo pero fue entonces cuando me más me di cuenta que te quiero de verdad. Y no es que antes no lo supiera, pero fue cuando te sentí dentro cariño, cuando dije la he cagado con la persona que mas me importa en el mundo.
Y me da igual lo que tenga que hacer para ganarme tu confianza, tengo claro que no volveré a cometer otra vez el mismo error, no soy tan imbésil como para perderte.
Solo quiero que me des otra oportunidad, mi amor. Prometo no fallarte.
Creo que se nota bastante que odio escribir entradas así, pero hoy era necesario.

Si por casualidad lees esto, solo quiero que sepas que pase lo que pase TE QUIERO, y estaré siempre esperando y dispuesta a todo por ti.

domingo, 2 de octubre de 2011

El perfume de las sabanas delataba tu presencia.

Mirarte a los ojos y susúrrate al oído que no pares nunca. Que quiero perderme en el sudor de tu cuerpo, en las sabanas arrugadas y la ropa esparcida por el suelo de la habitación.
Por fin te tenia donde yo quería, como yo quiera. Como ambos queríamos. Rozando tu piel con mi piel. Sintiendo el sudor al retirar el pelo de mi nuca. Sentirte en lo más dentro, en lo más profundo de mi ser. Mirarte en cada subida y bajada de mi cuerpo. En cada movimiento de mis caderas. No me dejas descansar. Me pierde tu forma de besar. Me pierde el son del son, el ritmo que marca tu cuerpo. Viajo en el enredo de tus dedos entre los míos. De mis dedos en tu nuca, en tu espalda, en las sábanas. Me dejo llevar. Nos dejamos llevar, al compás del tiempo. Mirarnos en ese preciso momento, y que de tu boca salga en un susurro, “Te quiero.”

Mirar alrededor y describir con alegría, la ropa interior esparcida por el suelo, las sabanas arrugadas, y al otro lado de la cama, a ÉL, y su sonrisa.
- Hagámoslo una vez más.
- ¿Otra vez?
- No, ciento de veces.




Esa noche hice viajes a la luna sin tener naves, ni pasos de astronauta, por cada uno de tus lunares.