Me gustaría escribir algo bonito, pero no puedo.
¿Qué por qué?
Por la sencilla razón de que no tengo una historia bonita que contar de esas sin final. ¡No! la nuestra no es de esas historias, nuestra historia si tiene final y no es precisamente bonito, aunque a veces la felicidad no es necesariamente bonita, ni dulce, ni romántica. En ocasiones la felicidad puede ser violenta, porno, erótica, sensual, divertida, una sucesión de orgasmos indefinidos, un éxtasis de palabras prohibidas, malsonantes. Un juego de miradas de odio, de deseo, de pensamientos indecentes.
Él la miró y allí en aquella cama, donde momentos antes habían compartido más que palabras, estaba ella apoyada en el cabecero.
Sonreía, con maldad en los ojos.
Él le respondió a su sonrisa con otra. Esa sonrisa de pillo que tanto le ponía a ella. Vio la figura de ella, aquella maldad disfrazada de dulzura, aquella frialdad con la que ambos se utilizaban en medio de tantas calenturas. Suspiró.
Pensó que ella era la combinación perfecta de todo lo malo y bueno junto. Quizás fue culpa de aquella luz que traspasaba las cortinas de su habitación y dejaba al descubierto todo sus encantos, o quizás fue todas aquellas cosas que ella le hizo momentos antes. Quizás era aquella mezcla entre inocencia y lujuria, o quizás fuera que por fin conseguía lo que tanto le había suplicado. Fuera lo que fuese, había conseguido volverlo loco y arrastrar a ella también, a aquella locura.
Encendió un cigarro.
Ella le besó.
Él soltó el humo.
La miró, era imposible quitar la vista de aquel cuerpo que le perdía en un sin fin de fantasías eróticas, que a veces no lo dejaba pensar con claridad.
Se mordió el labio.
Ella se puso encima de él, sin pensarlo. Le beso y comenzó a dibujar con su mano el camino que luego siguió su lengua. Sintió el tacto de su pelo enredado entre sus bajos. Y él le devolvió la jugada rozando las zonas prohibidas de ella.
Se estremeció toda. Él también lo hizo al verla.
Ella le rodeó con sus piernas, él se amarró a sus caderas.
Ella subía y bajaba mientras la respiración entre cortada de él se le clavaba en su nuca. El sudor se escurría por ambos cuerpos. Hicieron un viaje sin transporte a un lugar desconocido, donde nadie podía parar aquello. De repente bajaron a la tierra pero seguían teniendo aquella sensación de satisfacción en el cuerpo.
Ella se apoyo en su pecho, escuchaba como el latido de su corazón aún seguía acelerado.
Le miró, él ya llevaba un rato haciéndolo.
- Me gustas mucho más así.
- ¿Así cómo?
- Pues así, despeinado, con las gafas y sin ropa-
- A mi también me gustas mucho más sin ropa y tu cara es más bonita cuando terminamos de hacer el amor.
- No te equivoques, el amor ya se inventó antes que nosotros, no podemos hacerlo. Lo nuestro es diferente.
- Intentaba no ser un bruto, pero... estás más bonita después de echar un polvo conmigo.
- Siempre fuiste un guarro. Hagamos lo otra vez, por favor.
- Siempre te supliqué por tener algo contigo, ahora la que suplicas eres tú.
- Siempre me puso que me suplicaras.
- Entonces, te suplico que no pares nunca.- Le susurro a su oído.
Esto no va a salir bien, pero tengo que reconocer que mi vicio preferido es tu cuerpo.
- Los que escriben un diario, es porque se sienten solos.
+ No es verdad. Es porque tienen algo que contar, porque su vida es diferente. Y, aunque nunca lo confiesen, siempre esperan que alguien lo descubra, lo lea a escondidas para así poder conocer la verdadera personalidad del autor.
miércoles, 22 de febrero de 2012
domingo, 19 de febrero de 2012
Un cuerpo muy pequeño para tener tantos problemas dentros.
"Demasidas prisas, demasiado estrés, demasiados pensamientos, demasiadas dudas, demasidos caminos elegir y ninguno lleva a nada bueno, demasiados tíos, demasiadas borracheras, demasiada maldad en mi corazón, demasiada dulzura en mi mirada. Demasiados engaños, demasiado desengaños. Demasidas cosas no pensadas ni con el corazón, ni con la cabeza. Demasiada frialdad dentro de tantas calenturas. Demasiadas palabras dichas antes de tiempo, palabras que dicen lo contrario a lo que pienso. Demasiada falsedad. Demasiadas mentiras dentro de una misma verdad. Demasiados "demasiados" hay dentro de mi.
Y mientras los "demasiados" inundan cada espacio de mi cuerpo. Yo me entretengo con los cuerpos de otros."
Es día se nos hizo tarde para los dos, y aquella tarde disfrazamos nuestros pensamientos con palabras y miradas. Unas cuantas risas nerviosas y un solo movimiento de dedos fue lo que nos llevo a aquella locura, a acabar los dos desnudos en mi cama. No estábamos seguro de que aquel sofá aguantará nuestro ritmo, incluso dudé si yo podría seguir al tuyo. Te volviste un loco y me arrastraste a tu locura, pequeño.
No dudaste cinco segundo cuando a gritos pediste conocer mi habitación, bajo aquella triste luz que entraba por mi ventana, siendo testigo las paredes de aquel descontrol, me tumbaste de un empujón, me miraste con rabia y te mordiste el labio. Tus manos marcaron el camino que luego siguió tu lengua, pasaste por cada parte de mi cuerpo, y lo hiciste más de una vez. Te amarraste fuerte a mis caderas, parecía que nunca te soltarías de allí.
Tu mano subía, mientras tu lengua baja. Aquella tarde el sol se escondía cuando tus manos sacaban a la luz todos mis defectos y virtudes, me desnudaste entera, en cuerpo y alma y no me dio tiempo a pensar, ni si quiera a arrepentirme. La luz rojiza del sol que traspasaba las cortinas de mi habitación dejo ver la figura de tu cuerpo junto al mio, tu mano en mi cintura. Mientras tanto, las mías arañaban tu espalda. Cambio violento, mi pelo estorba. Subíamos y bajábamos al compás del tiempo, al ritmo que marcaba las agujas del reloj, la cama sonaba, pensé que no aguantaría mucho tiempo, pero no nos importo, no nos importaba nada, solo el llegar al cielo juntos. Tus dedos caminaban por mi espalda desnuda, mis pies rodeaban tu cintura. Me devolvió la jugada bajado su mano más allá de las caderas, mis gemidos sonaban más allá de las cuatro paredes de la habitación. Tu respiración entre cortada se me clavaba en mi nuca, ambos bailábamos al mismo son. Todo estaba envuelto por aquella magia, que acabó cuando tu saliste por la puerta. Aquella magia dejo un espacio a la felicidad, a la satisfacción de hacer las cosas de bien. De hacerlo sin sentimientos, sin preocupaciones. Así tanto que no me sentía así de bien... "Que alegría, que buen día... Que bueno fue tener... Que bien estoy quién me lo diría..."
Querida vida: dame una tregua para poner orden en mi cabeza, y quizás de paso también este jodido corazón, que ni si quiera sé porque sigue latiendo.
Y mientras los "demasiados" inundan cada espacio de mi cuerpo. Yo me entretengo con los cuerpos de otros."
Es día se nos hizo tarde para los dos, y aquella tarde disfrazamos nuestros pensamientos con palabras y miradas. Unas cuantas risas nerviosas y un solo movimiento de dedos fue lo que nos llevo a aquella locura, a acabar los dos desnudos en mi cama. No estábamos seguro de que aquel sofá aguantará nuestro ritmo, incluso dudé si yo podría seguir al tuyo. Te volviste un loco y me arrastraste a tu locura, pequeño.
No dudaste cinco segundo cuando a gritos pediste conocer mi habitación, bajo aquella triste luz que entraba por mi ventana, siendo testigo las paredes de aquel descontrol, me tumbaste de un empujón, me miraste con rabia y te mordiste el labio. Tus manos marcaron el camino que luego siguió tu lengua, pasaste por cada parte de mi cuerpo, y lo hiciste más de una vez. Te amarraste fuerte a mis caderas, parecía que nunca te soltarías de allí.
Tu mano subía, mientras tu lengua baja. Aquella tarde el sol se escondía cuando tus manos sacaban a la luz todos mis defectos y virtudes, me desnudaste entera, en cuerpo y alma y no me dio tiempo a pensar, ni si quiera a arrepentirme. La luz rojiza del sol que traspasaba las cortinas de mi habitación dejo ver la figura de tu cuerpo junto al mio, tu mano en mi cintura. Mientras tanto, las mías arañaban tu espalda. Cambio violento, mi pelo estorba. Subíamos y bajábamos al compás del tiempo, al ritmo que marcaba las agujas del reloj, la cama sonaba, pensé que no aguantaría mucho tiempo, pero no nos importo, no nos importaba nada, solo el llegar al cielo juntos. Tus dedos caminaban por mi espalda desnuda, mis pies rodeaban tu cintura. Me devolvió la jugada bajado su mano más allá de las caderas, mis gemidos sonaban más allá de las cuatro paredes de la habitación. Tu respiración entre cortada se me clavaba en mi nuca, ambos bailábamos al mismo son. Todo estaba envuelto por aquella magia, que acabó cuando tu saliste por la puerta. Aquella magia dejo un espacio a la felicidad, a la satisfacción de hacer las cosas de bien. De hacerlo sin sentimientos, sin preocupaciones. Así tanto que no me sentía así de bien... "Que alegría, que buen día... Que bueno fue tener... Que bien estoy quién me lo diría..."
Querida vida: dame una tregua para poner orden en mi cabeza, y quizás de paso también este jodido corazón, que ni si quiera sé porque sigue latiendo.
sábado, 11 de febrero de 2012
Vuelve pequeño "J".
Si contara todas las veces que mi lengua estuvo bailando dentro de la boca de otros durante estos cuatro meses sin ti, no acabaría.
He pasado por tantas bocas, me he mirado en tantos ojos, me han tocado tantas manos, que pierdo la cuenta.
Me he perdido en otras camas, entre amores de otoño que solo duraban una noche.
Lo he intentado amor, por activa y por pasiva. De mil maneras diferentes, pero no lo conseguí. NADA, ni otras bocas, ni otras manos, ni otras miradas, ni ningún tipo de besos. Ni si quiera las diferentes camas por donde estuve, logró hacer que te olvidara. Te veía en otros ojos, en otros labios e incluso en la cama gritaba tu nombre para mis adentros.
No puedo negar que me lo he pasado muy bien estos cuatro meses sin ti. He disfrutado de mi libertad y lo seguiré haciendo, pero porque no me queda más remedio. TE EXTRAÑO.
Y créeme que lo siento, lo siento muchísimo. Perdóname por todo. Por reír sin ti, por buscarte en otras personas, por seguir queriéndote a pesar de todo, a pesar del tiempo, a pesar de que no tenga ningún derecho a seguir haciéndolo.
Lo intente pequeño "J", lo intente con todas las pocas fuerzas que le dejaste a este jodido corazón. Lo intente hasta quedarme sin aliento, sin lágrimas. Lo intente tanto que un día al levantarme ni si quiera me acordaba el porqué seguía intentándolo.
Me he dicho en mil idiomas diferentes queNO SIENTO NADA. He intentado que así fuera pero me rindo, no puedo luchar más, no puedo ir en contra de esto que siento. Perdóname, pero no puedo olvidarte.
¿Te acuerdas de lo que hiciste cuando supiste aquello? No me dejaste, no permitiste que nada nos separase. Tú me querías y tenia que ser tuya. Luchaste por mi, como nadie lo hizo, y no me di cuenta en aquel momento. Luchaste y me conseguiste. Ahora lo veo claro, cariño. Ahora me toca a mi. Ahora yo soy la que tengo que luchar, por ti. Y por mi. Y voy a luchar como nunca he luchado.
Créeme, si volviera a tener la oportunidad de tenerte otra vez en mi cama, te amarraría a mis caderas y no permitiría que te soltaras nunca de allí.
Dejaría que tus manos recorrieran mi espalda, que tu lengua dibujara la figura de mi cintura, como siempre te gusto, como siempre hacías, como a mi siempre me encantaba.
Tenias esa pequeña habilidad de saber donde besar, donde tocar, en el momento preciso, sin que yo dijera nada.
Vuelve y hagamos todo eso que solíamos hacer. ¿No me digas que no lo hechas de menos? Vuelve. Me da igual que me quieras o que me odies, pero vuelve.
Ponme contra la pared, vuélvete un loco y vuélveme loca a mí también, agarra fuerte mis manos, haz lo que quieras, lo de siempre o cámbialo todo, pero no pares nunca.
Vuelve, mi cama tiene ganas de ti. Y bueno yo... lo diré bajito porque no me gusta reconocerlo,
pero la verdad es que yo... te necesito.
He pasado por tantas bocas, me he mirado en tantos ojos, me han tocado tantas manos, que pierdo la cuenta.
Me he perdido en otras camas, entre amores de otoño que solo duraban una noche.
Lo he intentado amor, por activa y por pasiva. De mil maneras diferentes, pero no lo conseguí. NADA, ni otras bocas, ni otras manos, ni otras miradas, ni ningún tipo de besos. Ni si quiera las diferentes camas por donde estuve, logró hacer que te olvidara. Te veía en otros ojos, en otros labios e incluso en la cama gritaba tu nombre para mis adentros.
No puedo negar que me lo he pasado muy bien estos cuatro meses sin ti. He disfrutado de mi libertad y lo seguiré haciendo, pero porque no me queda más remedio. TE EXTRAÑO.
Y créeme que lo siento, lo siento muchísimo. Perdóname por todo. Por reír sin ti, por buscarte en otras personas, por seguir queriéndote a pesar de todo, a pesar del tiempo, a pesar de que no tenga ningún derecho a seguir haciéndolo.
Lo intente pequeño "J", lo intente con todas las pocas fuerzas que le dejaste a este jodido corazón. Lo intente hasta quedarme sin aliento, sin lágrimas. Lo intente tanto que un día al levantarme ni si quiera me acordaba el porqué seguía intentándolo.
Me he dicho en mil idiomas diferentes que
¿Te acuerdas de lo que hiciste cuando supiste aquello? No me dejaste, no permitiste que nada nos separase. Tú me querías y tenia que ser tuya. Luchaste por mi, como nadie lo hizo, y no me di cuenta en aquel momento. Luchaste y me conseguiste. Ahora lo veo claro, cariño. Ahora me toca a mi. Ahora yo soy la que tengo que luchar, por ti. Y por mi. Y voy a luchar como nunca he luchado.
Créeme, si volviera a tener la oportunidad de tenerte otra vez en mi cama, te amarraría a mis caderas y no permitiría que te soltaras nunca de allí.
Dejaría que tus manos recorrieran mi espalda, que tu lengua dibujara la figura de mi cintura, como siempre te gusto, como siempre hacías, como a mi siempre me encantaba.
Tenias esa pequeña habilidad de saber donde besar, donde tocar, en el momento preciso, sin que yo dijera nada.
Vuelve y hagamos todo eso que solíamos hacer. ¿No me digas que no lo hechas de menos? Vuelve. Me da igual que me quieras o que me odies, pero vuelve.
Ponme contra la pared, vuélvete un loco y vuélveme loca a mí también, agarra fuerte mis manos, haz lo que quieras, lo de siempre o cámbialo todo, pero no pares nunca.
Vuelve, mi cama tiene ganas de ti. Y bueno yo... lo diré bajito porque no me gusta reconocerlo,
pero la verdad es que yo... te necesito.
Y la verdad es que hoy siento celos hasta del aire que te roza.
sábado, 4 de febrero de 2012
Quédate con nuestro amor.
"Tira todos los recuerdos, todas las dudas, todas las cosas sin sentidos y contradicciones. Tira los malos recuerdos, los peores momentos que te hice pasar. Tíralo todo, sobre todo nuestro ultimo encuentro, y aquellas cosas que nos dijimos. Y quédate con nuestro amor. Con que te quiero."
Confío en que la suerte no me gire la mirada y que mi alma no se queme como tu porro, con esa última calada.
Es saber que las palabras duelen, aunque no dejen cardenal y que cuatro palabras bonitas no compensan, lo sé. Pero también sé que te quiero.
Y hoy no siento el deseo de que volvamos, sino la necesidad. Y creeme que es algo duele, escuece, hiere, mata, muy lentamente, pero lo hace.
Confío en que la suerte no me gire la mirada y que mi alma no se queme como tu porro, con esa última calada.
Es saber que las palabras duelen, aunque no dejen cardenal y que cuatro palabras bonitas no compensan, lo sé. Pero también sé que te quiero.
Y hoy no siento el deseo de que volvamos, sino la necesidad. Y creeme que es algo duele, escuece, hiere, mata, muy lentamente, pero lo hace.
Solo sé que me perdí.
No me va a perdonar nunca, por mucho tiempo que pase. Lo sé. ¿Tan mal lo hice para no merecerme ni si quiera tu amistad?, ¿Tan mal lo hice para que me lo tengas que recordar cada vez que te vea pasar por mi lado y que me mires con cara de asco? Lo siento.
Perdona esta imbecilidad la mía. La pobre creía que con el tiempo volveríamos. Tonta.
Todo es cuestión de tiempo, se decía una y otra vez la muy ilusa. Nunca pensó, que el tiempo no cura todas las heridas, no borra los errores.
Lo siento, imbécil las esperanzas como todo en esta vida se desvanece.
-Siento no poder quedarme mas tiempo para escucharte.-
No lo sientas. Me alegro descubrir que al menos algo sigue igual, que tú sigues igual que siempre. A pesar de todo. Él sigue estando. Siempre ahí, igual que siempre. Con palabras para animarme con cualquier cosa para hacerme reír. Solo puedo decir,
yo si que lo siento, por ti, por él. Pero sobre todo por mi.
Perdona esta imbecilidad la mía. La pobre creía que con el tiempo volveríamos. Tonta.
Todo es cuestión de tiempo, se decía una y otra vez la muy ilusa. Nunca pensó, que el tiempo no cura todas las heridas, no borra los errores.
Lo siento, imbécil las esperanzas como todo en esta vida se desvanece.
-Siento no poder quedarme mas tiempo para escucharte.-
No lo sientas. Me alegro descubrir que al menos algo sigue igual, que tú sigues igual que siempre. A pesar de todo. Él sigue estando. Siempre ahí, igual que siempre. Con palabras para animarme con cualquier cosa para hacerme reír. Solo puedo decir,
yo si que lo siento, por ti, por él. Pero sobre todo por mi.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)