- Los que escriben un diario, es porque se sienten solos.
+ No es verdad. Es porque tienen algo que contar, porque su vida es diferente. Y, aunque nunca lo confiesen, siempre esperan que alguien lo descubra, lo lea a escondidas para así poder conocer la verdadera personalidad del autor.

viernes, 17 de junio de 2011

Gracias.

Me encontraba entre sus brazos. Me sentía tan bien entre ellos, tan protegida. Mi cabeza apoyada en su pecho, escuchando el “BUM-BUM” de su corazón. En silencio.
Momentos antes habíamos discutido, yo le echaba en cara las llamadas a otra y él que le hablase tanto de aquel capullo. La verdad es que aquello que quisiera que tuviésemos estaba como creciendo. Era algo extraño, y más extraña me sentía al pensar en ese sentimiento que no con sigo ponerle nombre.
Aquello, el hecho de que se estuvieran llamando me superaba, y mis ganas de llorar no eran pocas, por más que lo intente no pude retenerlas por más tiempo, y comencé a llorar. Por un momento pensé en ponerme mis cascos y escuchar alguna canción a máximo volumen. Dejar que aquel “Chunta-chunta” me machacara los oídos y no pensar en nada. Pero fue entonces cuando me abrazo fuertemente contra su pecho, su latido era la mejor melodía que podía escuchar en esos momentos, estar allí entre sus brazos era lo que realmente necesitaba para desconectar, para no pensar en nada y dejar de llorar.
Con un suave hilo de voz dijo, “no te preocupes, pequeña.”
- Dímelo otra vez.
- Decirte ¿qué?
- “Mi pequeña”. Dime otra vez, que soy tu pequeña, que siempre lo seré.
Sonrío.
- Pues claro, siempre serás mi pequeña. Esa de sonrisa permanente, esa que a veces sin querer llora. Esa que cree tener demasiados problemas. Siempre serás esa pequeña que ocupa de una manera especial mi corazón. Siempre serás mi pequeña, esa pequeña que comete grandes locuras, que tiene grandes sueños y un corazón lleno de ilusiones por cambiar el mundo. Esa pequeña celosita que juega con mi nariz antes de besarme, esa que con solo abrazarla fuertemente contra mi pecho es capaz de olvidarse de que mañana tiene un examen muy importante de física, y como suspenda le queda para septiembre.
- Prométemelo. Prométeme que si algún día esto acaba a ninguna otra le dirás “mi pequeña”. Y que siempre me recodarás, siempre. Que al mirar al pasado, dirás con cariño que yo fui tu pequeña. Por que yo jamás te olvidaré. Siempre serás él que logró comprenderme de verdad, él que me entendía con la mirada y con solo un abrazo era capaz de solucionar todo. Él único que vio más allá de mi piel y entendió que lo nuestro no iba a ser nada fácil y a pesar de ello siguió a mi lado.
- Te lo prometo, pequeña.
Le besé. Le besé esos labios que me volvían loca. Le besé con muchas ganas, quería que sintiera ese beso, más que ningún otro en todo este tiempo.
- Gracias.
- ¿Por qué?
- Por estar en mi vida. Por hacer que todo sea diferente. Por aguantarme esos días de más y de menos. Por quererme. Por hacerme ver los problemas pequeños. Por estar siempre a mi lado. Por todo. Gracias.

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