- Los que escriben un diario, es porque se sienten solos.
+ No es verdad. Es porque tienen algo que contar, porque su vida es diferente. Y, aunque nunca lo confiesen, siempre esperan que alguien lo descubra, lo lea a escondidas para así poder conocer la verdadera personalidad del autor.

viernes, 28 de diciembre de 2012

El invierno en tu nariz.

- ¿Te quedas a dormir, o mejor dicho a no dormir?- dijo guiñándole un ojo. Él sonrió.
- ¿Esta noche? Me viene perfecto.
Y así fue, esa noche no durmieron, ni se dieron cuenta cuando la luna se convirtió en sol. 
Ella contemplaba su figura desde la puerta, con aquella camisa que horas antes le quitó. Los primeros rayos del sol acariciaba su rostro. Ella pensó, que era la imagen más bonita que había visto en toda su vida. Estaba tan embobada que ni se dio cuenta que se había despertado.
- ¿Qué haces ahí?
- Mirándote- dijo sonriendo.
- Tonta, ¿por qué no vuelves a la cama?
Ella obedeció, sin rechistar. Se quitó la camisa botón a botón, al compás de la música que él le tarareaba. Esa música tan sensual que suena en las películas, "tanana, nana, nana". Y él no pudo esperar a que se quitará el último botón, la agarró de la cintura y la dejo caer en la cama, ella soltó una carcajada, mientras él jugaba a pasar sus manos por su cuerpo. Lo siguiente que paso creo que podréis imaginarlo. Mientras ahí afuera la gente iba con abrigos de pieles, ellos no necesitaba ropa. Mientras los de ahí afuera se morían de frío ellos pasaban calor. Mientras ahí afuera todos se levantaban para empezar un nuevo día, ellos se decían "buenas noches". Aunque ella no durmió, quiso quedarse más tiempo contemplando aquella escena que parecía haberse parado en el tiempo. Pensó que no se podía ser más feliz en esta vida. Y mirándolo con ternura y jugando con su pelo, le dijo: "te dejo de tregua hasta las diez, que a besos volveré a despertarte."

La verdad es que ya te empezaba a extrañar.

No sabía que la felicidad empezaba por "J" y que vendría vestida con pantalones vaqueros y camiseta.
La verdad es que hacia mucho tiempo que no la sentía tan mía, tan de verdad. Llego sin avisar, como siempre hace, pero ella sabe de sobra que siempre es bienvenida en mi vida. 
La verdad es que me gustas más cuando sonríes en mi cama y te prefiero con la barba de tres días y sin peinar, y puestos a pedir, pido estar siempre a tu lado. Retenerte en mi cama para siempre, donde nunca nos hará falta la ropa, donde con nuestro amor nos sobrará todo lo demás cariño.
Hoy le pido a mis sueños, que te quiten la ropa 
que conviertan en besos 
todos mis intentos de morderte la boca.

Hoy le pide a la luna, que me alargue esta noche 
y que alumbre con fuerza este sentimiento 
y bailen los corazones.

Y suena de fondo la canción de aquel disco rayado.

El verano se acaba, y con él se van los días interminables, esas noches que parecen no acabar nunca, el "quédate un poquito más". Se va el calor del sol, las noches sin dormir, los días de playa y piscina, lo agustito de estar entre sus brazos sin importar la prisa que nos depara el invierno.
Las rebecas se van haciendo sitio en el armario, los días se acorta y solo de vez en cuando el sol sale, como si no quisiera que el verano acabase.
Este verano fue maravilloso el mejor en 18 años y la razón tiene nombre y apellidos, Francisco Javier Torres  García.
Quizás el verano se este acabando, pero sé que me espera un invierno mucho mejor. Sé que este año será especial. Que a partir de ahora no puede pasarme nada malo, porque siempre que miro a mi lado, me lo veo a él, con su sonrisa. No sé si os conté que tiene seis sonrisas diferentes, una que le dedica a sus amigos, otra que la sale cuando miente, otra para cuando se ríe de verdad, le sale otra para cuando ríe por compromiso. La quinta cuando esta planeando alguna locura y la última es la que me dedica a mi.
Hemos vivido bastantes momentos, buenos y no tan buenos, pero todos únicos y especiales. Nunca podría explicar con exactitud que se siente cuando te besa, pero es algo maravilloso. Que digo maravilloso es más que eso.



Contigo aprendí que también se podía llorar de alegría. <3

Con solo una sonrisa mi cabeza volvió loca.


Deje vencer mi cuerpo sobre aquel colchón. Él estaba a mi lado, mirando al techo, con respiración alterada, igual que la mía.
Era pleno invierno, pero nosotros no sentíamos el frío del que la gente hablaba, el calor estaba pegando a nuestra piel. Lo mire, no suelo mirar a los chicos con los que me acuesto, todo suele ser más rápido, tal como terminamos, yo me voy para no volver más. Pero esta vez lo miré, fue un impulso, fue casi sin darme cuenta. Fue eso, ese minúsculo detalle lo que hizo que supiera que ese chico no era uno más, ese chico era especial, y me entro pánico a la misma vez que una inmensa sensación de felicidad, un escalofrío me recorrió por todo mi cuerpo. Le miré en silencio y me encanto descubrir que él ya lo hacía. No, no quería irme de su lado nunca, ni que él se fuera del mío.
Y no, no lo hizo. Doscientos ochenta y dos días juntos, y una vida por delante.
No sé si es demasiado tarde 
aunque no me importa; 
tantas palabras existen, 
que debiera ser posible 
decirlo todo, pero no es así. 

Hoy descubrí con todas las letras, 
de una u otra forma unidas, 
creo que no sabría explicar 
lo que con un beso te digo.