- Los que escriben un diario, es porque se sienten solos.
+ No es verdad. Es porque tienen algo que contar, porque su vida es diferente. Y, aunque nunca lo confiesen, siempre esperan que alguien lo descubra, lo lea a escondidas para así poder conocer la verdadera personalidad del autor.

viernes, 28 de diciembre de 2012

El invierno en tu nariz.

- ¿Te quedas a dormir, o mejor dicho a no dormir?- dijo guiñándole un ojo. Él sonrió.
- ¿Esta noche? Me viene perfecto.
Y así fue, esa noche no durmieron, ni se dieron cuenta cuando la luna se convirtió en sol. 
Ella contemplaba su figura desde la puerta, con aquella camisa que horas antes le quitó. Los primeros rayos del sol acariciaba su rostro. Ella pensó, que era la imagen más bonita que había visto en toda su vida. Estaba tan embobada que ni se dio cuenta que se había despertado.
- ¿Qué haces ahí?
- Mirándote- dijo sonriendo.
- Tonta, ¿por qué no vuelves a la cama?
Ella obedeció, sin rechistar. Se quitó la camisa botón a botón, al compás de la música que él le tarareaba. Esa música tan sensual que suena en las películas, "tanana, nana, nana". Y él no pudo esperar a que se quitará el último botón, la agarró de la cintura y la dejo caer en la cama, ella soltó una carcajada, mientras él jugaba a pasar sus manos por su cuerpo. Lo siguiente que paso creo que podréis imaginarlo. Mientras ahí afuera la gente iba con abrigos de pieles, ellos no necesitaba ropa. Mientras los de ahí afuera se morían de frío ellos pasaban calor. Mientras ahí afuera todos se levantaban para empezar un nuevo día, ellos se decían "buenas noches". Aunque ella no durmió, quiso quedarse más tiempo contemplando aquella escena que parecía haberse parado en el tiempo. Pensó que no se podía ser más feliz en esta vida. Y mirándolo con ternura y jugando con su pelo, le dijo: "te dejo de tregua hasta las diez, que a besos volveré a despertarte."

La verdad es que ya te empezaba a extrañar.

No sabía que la felicidad empezaba por "J" y que vendría vestida con pantalones vaqueros y camiseta.
La verdad es que hacia mucho tiempo que no la sentía tan mía, tan de verdad. Llego sin avisar, como siempre hace, pero ella sabe de sobra que siempre es bienvenida en mi vida. 
La verdad es que me gustas más cuando sonríes en mi cama y te prefiero con la barba de tres días y sin peinar, y puestos a pedir, pido estar siempre a tu lado. Retenerte en mi cama para siempre, donde nunca nos hará falta la ropa, donde con nuestro amor nos sobrará todo lo demás cariño.
Hoy le pido a mis sueños, que te quiten la ropa 
que conviertan en besos 
todos mis intentos de morderte la boca.

Hoy le pide a la luna, que me alargue esta noche 
y que alumbre con fuerza este sentimiento 
y bailen los corazones.

Y suena de fondo la canción de aquel disco rayado.

El verano se acaba, y con él se van los días interminables, esas noches que parecen no acabar nunca, el "quédate un poquito más". Se va el calor del sol, las noches sin dormir, los días de playa y piscina, lo agustito de estar entre sus brazos sin importar la prisa que nos depara el invierno.
Las rebecas se van haciendo sitio en el armario, los días se acorta y solo de vez en cuando el sol sale, como si no quisiera que el verano acabase.
Este verano fue maravilloso el mejor en 18 años y la razón tiene nombre y apellidos, Francisco Javier Torres  García.
Quizás el verano se este acabando, pero sé que me espera un invierno mucho mejor. Sé que este año será especial. Que a partir de ahora no puede pasarme nada malo, porque siempre que miro a mi lado, me lo veo a él, con su sonrisa. No sé si os conté que tiene seis sonrisas diferentes, una que le dedica a sus amigos, otra que la sale cuando miente, otra para cuando se ríe de verdad, le sale otra para cuando ríe por compromiso. La quinta cuando esta planeando alguna locura y la última es la que me dedica a mi.
Hemos vivido bastantes momentos, buenos y no tan buenos, pero todos únicos y especiales. Nunca podría explicar con exactitud que se siente cuando te besa, pero es algo maravilloso. Que digo maravilloso es más que eso.



Contigo aprendí que también se podía llorar de alegría. <3

Con solo una sonrisa mi cabeza volvió loca.


Deje vencer mi cuerpo sobre aquel colchón. Él estaba a mi lado, mirando al techo, con respiración alterada, igual que la mía.
Era pleno invierno, pero nosotros no sentíamos el frío del que la gente hablaba, el calor estaba pegando a nuestra piel. Lo mire, no suelo mirar a los chicos con los que me acuesto, todo suele ser más rápido, tal como terminamos, yo me voy para no volver más. Pero esta vez lo miré, fue un impulso, fue casi sin darme cuenta. Fue eso, ese minúsculo detalle lo que hizo que supiera que ese chico no era uno más, ese chico era especial, y me entro pánico a la misma vez que una inmensa sensación de felicidad, un escalofrío me recorrió por todo mi cuerpo. Le miré en silencio y me encanto descubrir que él ya lo hacía. No, no quería irme de su lado nunca, ni que él se fuera del mío.
Y no, no lo hizo. Doscientos ochenta y dos días juntos, y una vida por delante.
No sé si es demasiado tarde 
aunque no me importa; 
tantas palabras existen, 
que debiera ser posible 
decirlo todo, pero no es así. 

Hoy descubrí con todas las letras, 
de una u otra forma unidas, 
creo que no sabría explicar 
lo que con un beso te digo. 

domingo, 5 de agosto de 2012

Sus besos sonaban mejor con las olas del mar de fondo.

A fuera veintisiete grados, mi sensación térmica es de cuarenta cada vez que me pongo a su lado.
Cuatro huellas en la arena, que el mar se encarga de borrar, dibujaban un camino hacia la felicidad de sentir la espuma en tu piel, el mar con arena y sal y su mano por mi cintura. Es la felicidad de los besos sabor a sal, de "te quiero" entre espuma y sal, entre sus dedos que subían y bajaban por mi espalda y sonrisas de felicidad. "Te quiero" que sonaron mucho mejor que todos los anteriores. Resonaron tanto en el aire que aún lo sigo escuchando.
Mis dedos arrugados como los tuyos demuestran que hace mucho que el mar nos roza. El tiempo pasa tan deprisa a su lado... Quiero quedarme un poco más aquí, disfrutando de todo aquello que solo él es capaz de regalarme.
Prometeme más días de arena y sol, de espuma y sal, de huellas borradas por el mar, de dedos por mi espalda, de "te quiero" al oído, de mis piernas rodeando tu cintura, de risas de felicidad y sonrisas al sol. De tu mirada en la mia, de los dedos arrugados, de latidos al compás de las olas, de besos sabor a sal.
- Te lo prometo.
El sol reflejado en tu sonrisa hace que sea más bonita de lo que ya es. <3

martes, 17 de julio de 2012

Carta a un amor.

Toda una vida, es el tiempo que tenemos para amarnos, odiarnos (a veces), ser felices. Todos los días de tu vida, tienes para quererme y hacerme feliz, y estoy segura que lo harás. Todos los días de mi vida, tengo para quererte y hacerte feliz, y créeme que lo haré. Toda una vida tenemos por delante para decirnos cosas bonitas al oído, para hacer locuras, para discutir por tonterías y superar los problemas que se nos vengan encima. Toda una vida para reír y llorar, para ser mejores personas gracias al otro, para perder los papeles, para pisar nuestro orgullo o llenarnos de él, para no seguir nuestros principios o ser fieles a ellos. Para lo que sea, malo o bueno. Ten por seguro que no será fácil, que la vida en sí misma es una contradicción continua, que somos humanos y cometeremos errores de los que nos arrepentiremos a los dos segundos, pero ten por seguro también, que pase lo que pase, siempre lo haremos juntos y eso es lo verdaderamente importante.Confianza, amor, felicidad y , todo lo demás me sobra.
Que fácil fue quererte, que sencillo es amarte.
Posdata: Una vez me preguntaste que porqué me gusta tanto discutir. Cariño, discutir, esa palabra suena a fea, a algo malo, pero nadie se para verdaderamente a mirar que ahí detrás de ella, y que no todo es tan malo como suena. Si que es verdad que tanto discutir cansa, pero todo en exceso cansa. Detrás de esa palabra se esconde otra mucho más bonita, reconciliación.
Además discutir hace ver como es la otra persona, conocerlo más, tener la confianza de decir lo que te molesta y lo que no, ser uno mismo. Discutir hace que veas cuanto te importa la otra persona, y lo difícil que sería seguir sin ella, porque ahora que te encontré, mi amor, no quiero perderte por nada del mundo, y aunque a veces sea enfadona, discuta por tonterías, sea una niña chica, sea una egoísta etc, etc, no podría imaginarme una vida sin ti. Y te quiero, te quiero muchísimo. Y sé que la felicidad que nos espera juntos, compensará todo lo demás.
Una relación es más que besitos y películas que acaban con subida de temperatura y ropa esparcida por el suelo de una habitación. Una relación si no discutes no es relación, es solo un tío al que te tiras. Así que me encanta discutir contigo, aunque más me gusta nuestras reconciliaciones.
Sólo cuatro meses te hizo falta para que encuentre el sentido a esta frase: "El amor es necesario, el amor es como el oxígeno."
Tus besos me saben a verdad.



¿Sabes? Solo quiero que sea mañana por la tarde para verte y comerte a besos.
Regalame 4 meses más. Y luego 4 años. Y luego toda una vida.

Que bonito es entender que no puedo imaginarme sin tu amor.

martes, 26 de junio de 2012

Ciento uno.


Es que te miro ahí en mi cama, desnudo. Haciéndote el interesante, evitando que note las ganas que tienes de comerme a besos, esas ganas que son las mías. Y se me vienen tanta cosas bonitas a la cabeza, que no sé que escribir.
Quizás debería empezar por aquella que vez que vimos aquella película, y acabamos con la ropa esparcida por el suelo. O debería nombrar la primera vez  que vi a tus padres y estaba rojita. O quizás debería nombrar cada uno de tus lunares que me vuelven loca, o cada una de tus caras raras, o comentar cada uno de los planes que hacemos juntos, porque imaginar un futuro sin ti, es imposible.
O quizás... O debería... O... Báh! Palabras, palabras y más que palabras. Qué me importa tus lunares, tus caras raras o los planes de futuro. Lo único que me importa es que te quiero, que nos queremos y lo demás sobra, sobra todo. Porque mientras nos queramos ¿qué más da lo demás?, aunque se caiga el mundo, a nosotros no nos ira mal porque siempre nos tenemos el uno al otro.
QUE NOS QUEREMOS, que se entere todo el mundo, esas tres palabras son las únicas que quiero escribir hoy, las únicas que quiero escuchar durante toda mi vida. ¿Y lo demás? Me da igual.


- ¿Hoy no traes eso?
- Sabes que siempre lo traigo, pequeña.


Y nunca falla, siempre, todos los días que estamos juntos los trae. Metió su mano en el bolsillo de aquel vaquero, que horas después le iba a quitar, y saco un caramelo.

- No sé que haré el día que me dejes de dar caramelos. Los echaré de menos.
- No te preocupes eso jamás sucederá, yo siempre estaré a tu lado, para darte todos los caramelos del mundo.


Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo.
Uno por cada día.


 Y que me digas que cualquier camino que yo elija, me seguirás. Y que no olvides que cualquier camino que elijas tú, yo te seguiré.

lunes, 21 de mayo de 2012

Lo que yo quiero es que mueras por mi.


Yo soy esa chica de piel blanca que resalta cuando se pone al lado de tu piel tostada. Esa que se pone hecha un flan cada vez que gira la última esquina de tu casa. La que se pone de puntillas para darte un beso. A la que le late el corazón más fuerte cuando esta a tu lado. Ese manojo de nervios que no se puede estar quieta. Esa que le gusta que la acaricie la espalda. 
Esa a la que le gusta que le des besos inesperados. La que sabe que estás cerca porque ya huele toda la escalera a ti. Esa a la que miras con ojos especiales y le comentas al oído que le faltan horas al día para explicarte lo mucho que la quieres. Esa, la misma, la que no tiene dos caras, la que se muestra transparente. Esa que aprendió que para estar borracha no se necesita el alcohol, que existe algo más sano, 
el amor. 



Yo soy esa, a la que le brillan los ojos al verte y se le llena la boca de palabras bonitas cada vez que te nombra. Esa que no puede sacarte de su cabeza. Esa que te vuelve loco, y hace que cada día estés un poquito más enamorado de ella. Esa que no se resiste a tus besos sabor a menta. 
La que si por ella fuera, se pasaría una vida entera abrazada a ti, porque le encantan tus abrazos. La que en mitad de un beso te para para decirte: "Pero que conste que sigo enfadada" y luego te sigue besando.

Yo no quiero calor de invernadero;
Yo no quiero besar tu cicatriz;
Yo no quiero París con aguacero
Ni Venecia sin tí.

No me esperes a las doce en el juzgado;
No me digas volvamos a empezar;
Yo no quiero ni libre ni ocupado,
Ni carne ni pecado,
Ni orgullo ni piedad.

Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
Yo no quiero contigo ni sin ti;
Lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
Es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas
Y matarme contigo si te mueres
Porque el amor cuando no muere mata
Porque amores que matan nunca mueren.

jueves, 17 de mayo de 2012

El sol de la mañana deslumbrándose en tu piel desnuda.


¿Sabes? Lleva más de un mes, tu figura dibujada en mis sábanas, tu olor en mi almohada y tu sonrisa en mi mente.
¿Te acuerdas de esa noche? Yo quería dormir, y tu te empeñabas en despertarme a besos cada vez que cerraba los ojos.
Esa noche hacía frío, o eso decía la gente, porque nosotros no lo notábamos. Aquel frío solo se sentía detrás de mi ventana. Pero dentro de aquellas cuatro paredes de mi habitación la temperatura se elevo a limites insospechados, y la ropa comenzó a sobrar. Fue un momento mágico e inolvidable, como todos los que paso a tu lado.


La gente suele pensar que es poco tiempo, quizás tengan razón. Pero puedo asegurarte mi amor, que no necesito más tiempo para saber que no necesito nada más en mi vida, que eres tú lo único que quiero.
Cosquillas en mi cama. Películas que nunca terminamos de ver. Conversaciones a todas horas. Palabras bonitas o no tan bonitas. Largas despedidas a las dos de la mañana. Despertar con la luz del sol a tu lado. Noches enteras sin dormir. Besos de todo tipo. Sabor a melocotón. A menta. Caricias. Y más caricias. Abrazos de más de un minuto. Respiraciones entrecortadas. Corazones acelerados. Momentos. Ilusión. Amor. Amor. Amor. Y un poquito de más amor. Cada día más. Más fuerte. Más intenso. Más bonito. Como tú.
62 días. Ni un más. Ni uno menos. 62 días que jamás olvidaré.
Te amo. Y por amar, amo hasta tu forma tan peculiar de decir las cosas.

viernes, 11 de mayo de 2012

Rebosamos de amor.

No lo puedo explicar. Lo siento, cariño. 
No puedo explicar, por ejemplo, que estoy siendo más feliz en estos dos meses con él que en los dos años anteriores de mi vida.
No puedo explicar con palabras todo lo que recorre por mi cuerpo cada vez que lo veo. O lo que siento cuando me dice "te quiero princesa" al oído. O aquella vez que se quedo a dormir en mi casa. ¡Cuantas cosas nos dijimos!¡Cuanto nos quisimos, amor!
Y cuanto nos seguimos queriendo. Y cuanto nos quedan, corazón. 


Más días, más meses, más amor. Para siempre.
Porque a veces, por mucho que me esfuerce, por mucho que yo quiera, hay cosas en la vida que no se pueden explicar, porque a veces faltan palabras. Como pasa con el amor.

martes, 17 de abril de 2012

El aroma de su cuello me envenena.

Solo se escuchaba el silencio de las palabras mudas, porque a veces no son necesarias las palabras. Si ponías un poco de atención podrías escuchar de fondo la mejor melodía del mundo, dos corazones latiendo al unisono.
- ¿No decías que me ibas a raptar?
- Sí, pero hoy no. No quiero que tu hermano duerma hoy en la calle por mi culpa.
- ¿Y cómo decías que me ibas a despertar?
- A besos.- dijo acercándose unos centímetros a su boca.
- ¿cómo?- puso una sonrisa de pillo. De esas que a ella le volvían loca.
- A besos.- dijo casi rozando sus labios.
Y ahora la melodía que hacían sus dos corazones juntos, se mezclaron con el sonido de sus besos.
Todo era perfecto.
¿Perfecto?- No, lo siguiente.
Y hoy después de treinta y un días, lo recuerdo todo como si fuera ayer. Un mes junto cariño, el primero de los muchos que nos quedan.
Ahora, a solas, nuestras palabras carecen de sentido, solo hacen ruido y molestan. Como tus vaqueros. Y ese botón que pide a gritos que lo desabroche. Treinta y un días juntos, para querernos con locura y hacer cómplices de ello a las paredes de mi habitación, al portal, a las callesitas de Sevilla, a más de un sillón de algún pub...
Treinta y un días juntos, para encontrar la felicidad.
Contigo empecé amar los números impares. En especial el diecisiete. Te quiero.<3


- Cuando echo un vistazo atrás y recuerdo todos los momentos buenos de este ultimo mes, me doy cuenta de que tú estás en todos ellos.

sábado, 7 de abril de 2012

Infinito. ∞

Cuando estoy contigo se me olvida todo, solo sé que el amor se escribe con "J" y que solo quiero parar el tiempo.
Cuando estamos juntos sobre pasamos los limites de la locura y destrozamos los indices de la felicidad. 
Y la verdad es que me encanta cuando ríes, pero mucho más si ríes en mi cama. Me encanta cuando sonríes, pero más si es en mitad de un beso. Me encanta tus "te quiero princesa", pero mucho más cuando me lo dices sin hablar.
 Noche. Frío. Cama. Sabanas. Miradas. Calor. Piel. Sudor. Amor.
Bendita madrugada. Bonita la casualidad de encontrarnos. Bendito el lugar que te puso en mi camino.
Te quiero, cariño. Mucho más que la trucha al trucho. Para siempre, amor. Hasta el infinito. 

viernes, 23 de marzo de 2012

Será quererse sin treguas.

Y sus labios se rozaron, y el tiempo se paró.

Y en aquel beso se prometieron quererse para siempre, sin treguas, sin limites, sin barreras. 
Cerraron sus ojos, y sintieron cerca su aliento, aseguraron que ese no seria el último, sino el primero de muchos más.

"Despacio. Contrólate, querida. Haz las cosas bien. Las cosas rápidas no van a ningún lado. Mejor lento, sin prisa, pero si pausa."
Se repetía una y otra vez. Ella, que siempre fue rápida en todo, en tener una relación, en sentir el amor, en perder la virginidad, en sentir el fracaso en su propia piel, en decir "te quiero" sin sentirlos. Ella que dejo de creer en el amor, se topo con algo nuevo, diferente. De repente él, tan perfecto e imperfecto a la vez, tan iguales pero tan distintos.
Hablaron y hablaron durante toda una noche, se miraban y se comían con la mirada. Él le había dicho de ir despacio, todo era distinto, pero le miraba y pensaba:
"¿Cómo es posible ir despacio con alguien como él? ¿Cómo me puede pedir algo así? No, no puedo ponerme delante de él y contenerme las ganas que tengo de besarle. 
Soy impaciente, agobiante, estresante y un verdadero coñazo. No puedes pedirme ir lento, contigo no puedo aguantarme las ganas, por más que lo intento."
- No te puedo prometer en cuento, no soy perfecta, ni princesa de ningún reino lejano. Soy una chica de 17 años, cabezota, egoísta (a veces), llorica, tonta y de vez en cuando algo estúpida. Suelo comerme la cabeza por todo y mis enfados duraran como máximo cinco minutos, en ellos diré cosas que me arrepentiré a los dos siguientes. No me lo tengas en cuenta, por favor.
Puedo confesarte que ahora mismo no podría vivir sin tu besos. Y puede que sea una odiosa, y que a veces te haga dudar de lo nuestro, porque sé que soy muy difícil y complicada de entender. Solo te pido cariño que tengas paciencia conmigo, sabré recompensarte. Porque pienso quererte los 365 días que tiene un año y si es bisiesto, súmale uno más. Pienso comerte a besos todas las tardes y mañanas que me sean posibles, y alguna que otra noche. Y pienso llevarte el desayuno a la cama, siempre que pueda. Pienso hablarte con la mirada, sentir como se me va el alma en cada besos y no querer nunca salir de tu cama. Pienso desayunarte, comerte, merendarte y cenarte. Y pienso convertirme en tu princesa sin castillo, si te hace falta. Solo te pido que me sepas querer y que nunca dejes de hacerlo. Espero que mi amor compense al tuyo. Y si no fuese así, espero que me sepas perdonar. Pero por favor, no me dejes nunca.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Vicios, excesos, sexo y él.

Me gustaría escribir algo bonito, pero no puedo.
¿Qué por qué?
Por la sencilla razón de que no tengo una historia bonita que contar de esas sin final. ¡No! la nuestra no es de esas historias, nuestra historia si tiene final y no es precisamente bonito, aunque a veces la felicidad no es necesariamente bonita, ni dulce, ni romántica. En ocasiones la felicidad puede ser violenta, porno, erótica, sensual, divertida, una sucesión de orgasmos indefinidos, un éxtasis de palabras prohibidas, malsonantes. Un juego de miradas de odio, de deseo, de pensamientos indecentes.
Él la miró y allí en aquella cama, donde momentos antes habían compartido más que palabras, estaba ella apoyada en el cabecero.
Sonreía, con maldad en los ojos.
Él le respondió a su sonrisa con otra. Esa sonrisa de pillo que tanto le ponía a ella. Vio la figura de ella, aquella maldad disfrazada de dulzura, aquella frialdad con la que ambos se utilizaban en medio de tantas calenturas. Suspiró.
Pensó que ella era la combinación perfecta de todo lo malo y bueno junto. Quizás fue culpa de aquella luz que traspasaba las cortinas de su habitación y dejaba al descubierto todo sus encantos, o quizás fue todas aquellas cosas que ella le hizo momentos antes. Quizás era aquella mezcla entre inocencia y lujuria, o quizás fuera que por fin conseguía lo que tanto le había suplicado. Fuera lo que fuese, había conseguido volverlo loco y arrastrar a ella también, a aquella locura.
Encendió un cigarro.
Ella le besó.
Él soltó el humo.
La miró, era imposible quitar la vista de aquel cuerpo que le perdía en un sin fin de fantasías eróticas, que a veces no lo dejaba pensar con claridad.
Se mordió el labio.
Ella se puso encima de él, sin pensarlo. Le beso y comenzó a dibujar con su mano el camino que luego siguió su lengua. Sintió el tacto de su pelo enredado entre sus bajos. Y él le devolvió la jugada rozando las zonas prohibidas de ella.
Se estremeció toda. Él también lo hizo al verla.
Ella le rodeó con sus piernas, él se amarró a sus caderas.
Ella subía y bajaba mientras la respiración entre cortada de él se le clavaba en su nuca. El sudor se escurría por ambos cuerpos. Hicieron un viaje sin transporte a un lugar desconocido, donde nadie podía parar aquello. De repente bajaron a la tierra pero seguían teniendo aquella sensación de satisfacción en el cuerpo.
Ella se apoyo en su pecho, escuchaba como el latido de su corazón aún seguía acelerado.
Le miró, él ya llevaba un rato haciéndolo.
- Me gustas mucho más así.
- ¿Así cómo?
- Pues así, despeinado, con las gafas y sin ropa-
- A mi también me gustas mucho más sin ropa y tu cara es más bonita cuando terminamos de hacer el amor.
- No te equivoques, el amor ya se inventó antes que nosotros, no podemos hacerlo. Lo nuestro es diferente.
- Intentaba no ser un bruto, pero... estás más bonita después de echar un polvo conmigo.
- Siempre fuiste un guarro. Hagamos lo otra vez, por favor.
- Siempre te supliqué por tener algo contigo, ahora la que suplicas eres tú.
- Siempre me puso que me suplicaras.
- Entonces, te suplico que no pares nunca.- Le susurro a su oído.
Esto no va a salir bien, pero tengo que reconocer que mi vicio preferido es tu cuerpo.

domingo, 19 de febrero de 2012

Un cuerpo muy pequeño para tener tantos problemas dentros.

"Demasidas prisas, demasiado estrés, demasiados pensamientos, demasiadas dudas, demasidos caminos elegir y ninguno lleva a nada bueno, demasiados tíos, demasiadas borracherasdemasiada maldad en mi corazón, demasiada dulzura en mi mirada. Demasiados engaños, demasiado desengaños. Demasidas cosas no pensadas ni con el corazón, ni con la cabeza. Demasiada frialdad dentro de tantas calenturas. Demasiadas palabras dichas antes de tiempo, palabras que dicen lo contrario a lo que pienso. Demasiada falsedad. Demasiadas mentiras dentro de una misma verdad. Demasiados "demasiados" hay dentro de mi. 
Y mientras los "demasiados" inundan cada espacio de mi cuerpo. Yo me entretengo con los cuerpos de otros."
Es día se nos hizo tarde para los dos, y aquella tarde disfrazamos nuestros pensamientos con palabras y miradas. Unas cuantas risas nerviosas y un solo movimiento de dedos fue lo que nos llevo a aquella locura, a acabar los dos desnudos en mi cama. No estábamos seguro de que aquel sofá aguantará nuestro ritmo, incluso dudé si yo podría seguir al tuyo. Te volviste un loco y me arrastraste a tu locura, pequeño.
No dudaste cinco segundo cuando a gritos pediste conocer mi habitación, bajo aquella triste luz que entraba por mi ventana, siendo testigo las paredes de aquel descontrol, me tumbaste de un empujón, me miraste con rabia y te mordiste el labio. Tus manos marcaron el camino que luego siguió tu lengua, pasaste por cada parte de mi cuerpo, y lo hiciste más de una vez. Te amarraste fuerte a mis caderas, parecía que nunca te soltarías de allí. 
Tu mano subía, mientras tu lengua baja. Aquella tarde el sol se escondía cuando tus manos sacaban a la luz todos mis defectos y virtudes, me desnudaste entera, en cuerpo y alma y no me dio tiempo a pensar, ni si quiera a arrepentirme. La luz rojiza del sol que traspasaba las cortinas de mi habitación dejo ver la figura de tu cuerpo junto al mio, tu mano en mi cintura. Mientras tanto, las mías arañaban tu espalda. Cambio violento, mi pelo estorba. Subíamos y bajábamos al compás del tiempo, al ritmo que marcaba las agujas del reloj, la cama sonaba, pensé que no aguantaría mucho tiempo, pero no nos importo, no nos importaba nada, solo el llegar al cielo juntos. Tus dedos caminaban por mi espalda desnuda, mis pies rodeaban tu cintura. Me devolvió la jugada bajado su mano más allá de las caderas, mis gemidos sonaban más allá de las cuatro paredes de la habitación. Tu respiración entre cortada se me clavaba en mi nuca, ambos bailábamos al mismo son. Todo estaba envuelto por aquella magia, que acabó cuando tu saliste por la puerta. Aquella magia dejo un espacio a la felicidad, a la satisfacción de hacer las cosas de bien. De hacerlo sin sentimientos, sin preocupaciones. Así tanto que no me sentía así de bien... "Que alegría, que buen día... Que bueno fue tener... Que bien estoy quién me lo diría..."
Querida vida: dame una tregua para poner orden en mi cabeza, y quizás de paso también este jodido corazón, que ni si quiera sé porque sigue latiendo.

sábado, 11 de febrero de 2012

Vuelve pequeño "J".

Si contara todas las veces que mi lengua estuvo bailando dentro de la boca de otros durante estos cuatro meses sin ti, no acabaría.
He pasado por tantas bocas, me he mirado en tantos ojos, me han tocado tantas manos, que pierdo la cuenta. 
Me he perdido en otras camas, entre amores de otoño que solo duraban una noche.
Lo he intentado amor, por activa y por pasiva. De mil maneras diferentes, pero no lo conseguí. NADA, ni otras bocas, ni otras manos, ni otras miradas, ni ningún tipo de besos. Ni si quiera las diferentes camas por donde estuve, logró hacer que te olvidara. Te veía en otros ojos, en otros labios e incluso en la cama gritaba tu nombre para mis adentros.
No puedo negar que me lo he pasado muy bien estos cuatro meses sin ti. He disfrutado de mi libertad y lo seguiré haciendo, pero porque no me queda más remedio. TE EXTRAÑO.
Y créeme que lo siento, lo siento muchísimo. Perdóname por todo. Por reír sin ti, por buscarte en otras personas, por seguir queriéndote a pesar de todo, a pesar del tiempo, a pesar de que no tenga ningún derecho a seguir haciéndolo.
Lo intente pequeño "J", lo intente con todas las pocas fuerzas que le dejaste a este jodido corazón. Lo intente hasta quedarme sin aliento, sin lágrimas. Lo intente tanto que un día al levantarme ni si quiera me acordaba el porqué seguía intentándolo.
Me he dicho en mil idiomas diferentes que NO SIENTO NADA. He intentado que así fuera pero me rindo, no puedo luchar más, no puedo ir en contra de esto que siento. Perdóname, pero no puedo olvidarte.
¿Te acuerdas de lo que hiciste cuando supiste aquello? No me dejaste, no permitiste que nada nos separase. Tú me querías y tenia que ser tuya. Luchaste por mi, como nadie lo hizo, y no me di cuenta en aquel momento. Luchaste y me conseguiste. Ahora lo veo claro, cariño. Ahora me toca a mi. Ahora yo soy la que tengo que luchar, por ti. Y por mi. Y voy a luchar como nunca he luchado.
Créeme, si volviera a tener la oportunidad de tenerte otra vez en mi cama, te amarraría a mis caderas y no permitiría que te soltaras nunca de allí.
Dejaría que tus manos recorrieran mi espalda, que tu lengua dibujara la figura de mi cinturacomo siempre te gusto, como siempre hacías, como a mi siempre me encantaba.
Tenias esa pequeña habilidad de saber donde besar, donde tocar, en el momento preciso, sin que yo dijera nada.
Vuelve y hagamos todo eso que solíamos hacer. ¿No me digas que no lo hechas de menos? Vuelve. Me da igual que me quieras o que me odies, pero vuelve.
Ponme contra la pared, vuélvete un loco y vuélveme loca a mí también, agarra fuerte mis manos, haz lo que quieras, lo de siempre o cámbialo todo, pero no pares nunca.
Vuelve, mi cama tiene ganas de ti. Y bueno yo... lo diré bajito porque no me gusta reconocerlo,
pero la verdad es que yo... te necesito.


Y la verdad es que hoy siento celos hasta del aire que te roza.

sábado, 4 de febrero de 2012

Quédate con nuestro amor.

"Tira todos los recuerdos, todas las dudas, todas las cosas sin sentidos y contradicciones. Tira los malos recuerdos, los peores momentos que te hice pasar. Tíralo todo, sobre todo nuestro ultimo encuentro, y aquellas cosas que nos dijimos. Y quédate con nuestro amor. Con que te quiero."

Confío en que la suerte no me gire la mirada y que mi alma no se queme como tu porro, con esa última calada.
Es saber que las palabras duelen, aunque no dejen cardenal y que cuatro palabras bonitas no compensan, lo sé. Pero también sé que te quiero.
Y hoy no siento el deseo de que volvamos, sino la necesidad. Y creeme que es algo duele, escuece, hiere, mata, muy lentamente, pero lo hace. 

Solo sé que me perdí.

No me va a perdonar nunca, por mucho tiempo que pase. Lo sé. ¿Tan mal lo hice para no merecerme ni si quiera tu amistad?, ¿Tan mal lo hice para que me lo tengas que recordar cada vez que te vea pasar por mi lado y que me mires con cara de asco? Lo siento. 
Perdona esta imbecilidad la mía. La pobre creía que con el tiempo volveríamos. Tonta. 
Todo es cuestión de tiempo, se decía una y otra vez la muy ilusa. Nunca pensó, que el tiempo no cura todas las heridas, no borra los errores. 
Lo siento,  imbécil las esperanzas como todo en esta vida se desvanece.
-Siento no poder quedarme mas tiempo para escucharte.-
No lo sientas. Me alegro descubrir que al menos algo sigue igual, que tú sigues igual que siempre. A pesar de todo. Él sigue estando. Siempre ahí, igual que siempre. Con palabras para animarme con cualquier cosa para hacerme reír. Solo puedo decir,


yo si que lo siento, por ti, por él. Pero sobre todo por mi.

miércoles, 18 de enero de 2012

FUNCK YOU.

Que le den. Al mundo. A todos. A él. Sobre todo a él. Al menos hoy. Mañana no sé. Quizás mañana se me olvide el odio que siento hoy. Mientras tanto, mientras que mañana llega, QUE LE DEN.
QUE SE JODA.


Y al día siguiente ella volvió hacer la misma. Ella volvió a hablarle, a caer en sus encantos y en aquella maldita dulzura. En las conversaciones largas de noche que dejan una sonrisa al dormir. Volvió a caer, porque no puede resistirse. Por más que lo intenta, no puede. Aunque lo disimula bastante bien.

viernes, 13 de enero de 2012

Y hablas para no oírme, y bebes para no verme.

Todo desapareció. Desaparecieron aquellas ganas que nos teníamos el uno al otro, que no eran pocas. En lugar de eso quedo un olvido por tu parte, una ignorancia a ese tema, como si nunca hubiese ocurrido.
Dos besos por la calle y... NADA MÁS. Se acabó. Se esfumó, con el viento del olvido, con la poca lluvia de octubre, con el frío de diciembre y con la cuesta de enero.
El tiempo nunca estuvo de nuestro lado, se escurría entre nuestros dedos. Y no, no nos dimos cuenta de nada. Mientras todo pasaba, mientras nos alejábamos sin estar lejos. Mientras tanto, hablábamos y hablábamos. Sin ser consciente de que no había nada más de que hablar. Que todo termino igual que empezó, sin darnos cuenta.
Todo se perdió poquito a poco. Con el tiempo, con la mierda que suele soltar la gente por la boca. Todo lo bueno se acaba. Lo sé. Pero existen mil maneras de acabar. Y la nuestra... me dejo con la miel en los labios, me dejaste con ganas de el ultimo.
Aunque ya no siento esas ganas que sentí en un principio, cuando me di cuenta que todo había acabado. Ahora estoy en un estado en el que el coraje ocupa cada rincón de mi cuerpo cada vez que pienso en todo lo nuestro.
NO LLEVAS RAZÓN, cariño. Si la llevaras seria la primera en reconocerlo en decir, "vale tío, la he cagado. Lo siento." Y todo se acabaría sin más. Pero no la he cagado, y a veces pienso que tu crees lo mismo, que sabes que las cosas no fueron como te contaron. Pero tus ganas por mi no eran la de antes, ya no querías conversaciones de la nuestras, ni escapadas a los asientos traseros de tu coche. Ya no querías nada conmigo. Y te agarraste a eso, querías creerte que yo soy así para hacértelo mas fácil, para dejarlo por algo más que el hecho de que no tuvieras más ganas de mi (como si no fuese eso poco para dejar todo lo poco que teníamos).
A veces quiero pensar que piensas así, porque de la otra manera seria darme cuenta de que nunca me conociste, ni tuviste ningún interés en hacerlo, que todo lo que mostraste, todo lo que conocí de ti era mentira y que eres como los demás. Que tú no confiaste nunca en mi, y ni si quieras me diste el beneficio de la duda. Y si eso fuera así, y si fueras como los demás, no te lo perdonaría nunca. Pero quiero pensar lo otro, porque yo, al contrario que tú, si confío en ti, si creo en ti, y si te tengo mucho cariño.
En fin, ni lo nuestro era un cuento perfecto, ni buscábamos  príncipes y princesas, ni tenia porque tener final feliz. En este cuento una vez más me vuelvo a comer las perdices yo solita. Pero tranquilo, al lado no tengo la cajas de los clinex, sino una botella de Disarono, unas amigas con una inmensa sonrisa y un coche, esperando a que salgamos a comernos el mundo, a disfrutar de la vida. SIN PRÍNCIPES AZULES, que luego salen rana.