- Los que escriben un diario, es porque se sienten solos.
+ No es verdad. Es porque tienen algo que contar, porque su vida es diferente. Y, aunque nunca lo confiesen, siempre esperan que alguien lo descubra, lo lea a escondidas para así poder conocer la verdadera personalidad del autor.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Con solo una sonrisa mi cabeza volvió loca.


Deje vencer mi cuerpo sobre aquel colchón. Él estaba a mi lado, mirando al techo, con respiración alterada, igual que la mía.
Era pleno invierno, pero nosotros no sentíamos el frío del que la gente hablaba, el calor estaba pegando a nuestra piel. Lo mire, no suelo mirar a los chicos con los que me acuesto, todo suele ser más rápido, tal como terminamos, yo me voy para no volver más. Pero esta vez lo miré, fue un impulso, fue casi sin darme cuenta. Fue eso, ese minúsculo detalle lo que hizo que supiera que ese chico no era uno más, ese chico era especial, y me entro pánico a la misma vez que una inmensa sensación de felicidad, un escalofrío me recorrió por todo mi cuerpo. Le miré en silencio y me encanto descubrir que él ya lo hacía. No, no quería irme de su lado nunca, ni que él se fuera del mío.
Y no, no lo hizo. Doscientos ochenta y dos días juntos, y una vida por delante.
No sé si es demasiado tarde 
aunque no me importa; 
tantas palabras existen, 
que debiera ser posible 
decirlo todo, pero no es así. 

Hoy descubrí con todas las letras, 
de una u otra forma unidas, 
creo que no sabría explicar 
lo que con un beso te digo. 

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