- Los que escriben un diario, es porque se sienten solos.
+ No es verdad. Es porque tienen algo que contar, porque su vida es diferente. Y, aunque nunca lo confiesen, siempre esperan que alguien lo descubra, lo lea a escondidas para así poder conocer la verdadera personalidad del autor.

sábado, 31 de agosto de 2013

Kasi Messis.

Yo desde pequeña he sido de las niñas que le gustaban las muñecas, las princesas y los cuentos de hadas. Siempre veía la vida de color de rosa. Odiaba el fútbol por su brutalidad, y sobre todo porque aquel que jugaba acaba sucio, además nunca lo he entendido. Unos años después sigo siendo la misma, sigo creyendo en cuentos de hadas, y sigo odiando el fútbol y sobre todo sigo sin entender que es un fuera de juego. Pero hace 539 días conocí a un grupo de chavales que amaban el fútbol, de hecho me atrevería asegurar, que lo suyo por el fútbol es mucho más que el quedar con los amigos a echar el rato, más que ganar un partido, más que mi adicción por el chocolate y las historias de amor. Nunca lo comprendí, y sé que nunca lo haré, no tengo ese de don que tienen ellos para apreciar algo que ha simple vista parece una estupidez, el don de ver el fútbol más allá que un deporte, más allá de la pasión. 
Hoy en día sigo siendo la misma inculta en el fútbol que lo era antes, incluso más, pero he aprendido a admirar porque es eso lo que ellos me han enseñado, a admirar. Admiro su capacidad, sus ganas por darlo todo en el campo, admiro su pasión y su amor por el fútbol. Ellos, cada uno de sus jugadores me han enseñado que el fútbol no es simplemente dar patadas a un balón, que porque a mi no me guste ni lo entienda, no quiere decir que sea una tontería. Me han enseñado a que el fútbol es más que ir corriendo tras un balón, me han enseñado que el fútbol es amistad, ganas de seguir luchando a pesar de las derrotas, complicidad, compañerismo, es la combinación de seriedad y diversión, una mezcla infinita de sentimientos capaces de sacar lo mejor de ti. Me han enseñado ha admirar un sentimiento que jamás entenderé, y la verdad es que conocerlos es una de las mejores cosas que me ha pasado en esta vida. 
No siempre podré estar presente (físicamente) en cada partido, pero dónde yo esté, entre apuntes, durmiendo, o haciendo la pava como siempre, un trozo de mi corazón siempre será Kasi Messi, y os estaré animando.

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