- Maldita sea, ¿donde estaba aquel mechero que le quite a mis padres?
- ¿Qué buscas?- dijo una voz masculina a mi espalda.
- Fuego.-dije sin dejar de buscar en el bolso.
- ¿Y desde cuando fumas?
- Desde hoy. - dije girándome rápidamente, con la intención de pedirle fuego a esa persona.- ¿Tú?-
- Sí, yo.- dijo con una inmensa sonrisa- ¿no piensas darme un abrazo pequeña?
Me abrace a él con una fuerza, con unas ganas que creo que le deje sin respiración unos segundos.
- Dios, que de tiempo, que alegría volver a verte.
- Sí, bastante tiempo. Sigues igual de guapa que siempre.
- Y tú sigues igual de mentiroso como siempre ¿Pero cuéntame que ha sido de tu vida todo este tiempo? ¿Qué tal te va todo?
- Pues... lo deje con ella.
- ¿En serio? ¿pero que paso? No te habrá roto el corazón, ¿no? Mira, que le rompo la cara.
Se echo a reír, hacia tanto que no lo veía reír de esa manera, que ya no recordaba lo mucho que me gustaba.
- Tranquila, tranquila. Lo deje yo, no se ya no era lo mismo, el amor se acabo, amor por llamarlo de alguna manera.
- Ya... te entiendo.- agache la cabeza.
- ¡Hey! ¿Y esa carita triste?- Me dijo mientras me levantaba la cara con su mano- Me debes una explicación.
- ¿A si?
- Sí, ¿Cómo es eso de que fumas?
- ¡Vah! no fumo. Solo que hoy necesitaba uno.
- ¿Por qué? No me puedo creer que sigas pillado por aquel capullo.
- No para nada. Bueno vale si. Lo sigo. Pero un poquito ya lo estoy olvidando. Bueno para que mentir, no me lo saco de mi cabeza.
- Dios pequeña, ¿no crees que ya has sufrido bastante?, ¿no estas cansada de seguir luchando por nada? olvídalo, es lo mejor.
- Lo sé, pero...
- ¿Dejemos mejor el tema vale? No se merece ni un pensamiento, ni una palabra, ni un segundo de tu tiempo.- El silencio se apodero de aquella conversación. Pero antes de que allí el silencio nos matara por dentro, él volvió a hablar.- ¿Tienes algo que hacer ahora?
- Nada.
-Pues perdámonos por ahí un rato anda, recordemos viejos momentos. Déjame que borre esa expresión de tristeza de tu cara y que vuelva la sonrisa que tanto me gusta.
Y ese día cambie
Impresionante entrada.
ResponderEliminarImpresionante es tenerte en mi vida, nena.
ResponderEliminar