- Los que escriben un diario, es porque se sienten solos.
+ No es verdad. Es porque tienen algo que contar, porque su vida es diferente. Y, aunque nunca lo confiesen, siempre esperan que alguien lo descubra, lo lea a escondidas para así poder conocer la verdadera personalidad del autor.

sábado, 23 de abril de 2011

Salto a la piscina.

Mirada perdida. Alegría desvanecida. Sonrisa dibujada. Tres cervezas vacías. Colillas en un cenicero improvisado. Un sms sin contestar:
- Te propongo un plan indecente para esta tarde. ¿Te vienes a mi casa? (;
En ese momento su cabeza era una noria de ideas que no dejaban de girar. Mil ideas por cada vuelta se le planteaba mil y una más.
¿Que hacer?
Tenía ganas. ¿Qué digo ganas?, tenía muchísimas ganas de ese plan pero, también tenía miedo, mucho miedo.
Cada vez estaba más nerviosa. Con más miedo, con más ganas.
Esa tarde la llevaba esperando durante meses, y al fin sucedía. Maldito miedo, malditos nervios.
Las ideas estaban mareadas de tantas vueltas que le había dado ya.
-¡Basta! ¡Se acabó! No quiero pensar más, no quiero darle más vuelta al asunto.
Hay veces que tienes que tomar un decisión sin saber que sucederá después. Sin saber si dolerá o te traerá la felicidad. Esa felicidad con la que solía jugar, felicidad que ya no paraba por aquí.
Es como tirarse a una piscina con los ojos vendados. No sabes si está llena o vacía pero, la única manera de saberlo es saltando a ella.
Y esa tarde ella saltó. Saltó a una piscina con los ojos vendados, sin saber que le esperaba después de aquel salto. Pero eso era vida. Sí, se sentía más viva que nunca. La vida es riesgo. Hay que arriesgarse para poder ganar. La vida es miedo y felicidad pero, la vida a veces también duele.
El salto es la mejor parte, porque es la parte donde puedes alcanzar el cielo con tus dedos, por eso esta prohibido pensar en nada que no sea esa la felicidad que solo se siente ahí, durante ese instante. Y ella ese instante lo disfruto como una niña pequeña.
Pero es en el momento de la caída cuando te planteas la pregunta más difícil de responder en esos momentos. ¿Hice bien o mal?
Y es cuando el miedo vuelve a apoderarse de ti.
Ella apoyaba su cabeza en el marco de la puerta, mientras lo contemplaba atentamente. Llevaba puesta la camisa que momentos antes le había quitado y fumaba, mientras se preguntaba si esa seria la primera y ultima vez que se citarían con el colchón. Eso era lo que realmente a ella la aterraba. No le importaba que no estuvieran juntos, le daba lo mismo que no hubiera nada serio. Ese no era el problema, el problema era que a ella le encantaba esa situación, no tener nada, pero compartir citas con el colchón, y lo que quería era que aquello no acabase, que mañana se quedara la casa sola y sea a ella a la que vuelva a mandar un sms, volviéndole a proponer un plan indecente.
No quería ser su novia, solo quería coleccionar recuerdos entre las sabanas con el chico de los ojos color café.



2 comentarios:

  1. me encanta, quizas despues la piscina este vacia pero merecio la pena tirarse. =)
    un beso enorme

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  2. Pues si, seguro que merecio la pena. (:

    Un beso! :)

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