- Los que escriben un diario, es porque se sienten solos.
+ No es verdad. Es porque tienen algo que contar, porque su vida es diferente. Y, aunque nunca lo confiesen, siempre esperan que alguien lo descubra, lo lea a escondidas para así poder conocer la verdadera personalidad del autor.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Una tarde de Septiembre.

Poder tener tu cara entre mis manos, mirarte antes de besarte, sonreírte en medio de un beso. Tener tus manos entre las mías, mis dedos entrelazados con los tuyos.
- ¿Te dijo algo bonito?
- No hizo falta, su miraba se encargaba de decírmelo todo.


- ¿Y yo qué? Yo te quiero mucho.
- ¿“Mucho” cuanto es?
- Mucho. Como la trucha al trucho. Como un viejo a su vieja.  Porque los viejos se quieren muchísimo. Porque para estar 40 años, no más, 50 años juntos, sin follar, ahí sentados en un sillón, aburridos, mirándose. Además que los viejos son muy feos, pues fíjate más se quieren.
- ¿Y así me quieres tú? ¿Tanto? Porque si es así, déjame decirte que yo te quiero mucho más.
- No, no se puede.
- Sí, sí se puede, porque yo lo siento. ¡Ea!
- Eres la niña más tonta del mundo.- Dijo entre risas.
- ¿Por qué? ¿Por quererte? Por que si es por quererte, vale lo admito, soy la más tonta del mundo.
- Creo que me equivoqué de palabra, eres la niña más ñoñas del mundo.
- Lo sé. Y también sé que te encanto.
- Tela, pero tela. Te quiero.
- Yo más.
Y nos besamos. Suspiré, por fin volvía a sentir esa felicidad que hace tiempo no sentía.
- Por favor no te vayas. Quédate para siempre.

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