Hazlo. Miénteme una vez más.

No quería llegar ha esto. No quería echarte de menos. Pero lo hice. Hoy lo hice.
Volverte a tener. Volver a tocarte. Como aquella vez. Contigo. Solo contigo. Lo quiero todo de ti. Todo. Desde tu mirada más profunda. Hasta tu sonrisa de pillo. Quiero por un segundo volver hacer dueña de tus besos. De tu cuerpo. De tus caricias. De tus palabras. 
Sí, lo reconozco echo de menos tus besos. Tus abrazos. Tus miradas. Echo de menos cuando discutíamos queriendo. Cuando nos queríamos. Echo de menos lo que me regalaste aquella noche. Echo de menos tus llamadas. Y tus conversaciones. Y sí, me da coraje que no me hables. Y que desaparezcas. Que te vayas sin despedirte. Y que no me eches de menos.
Vuelve. Vuelve a hacerlo. Hazlo. No te lo pienses más. Lo estás deseando tanto como yo. Miénteme. Prométeme algo que no cumplirás. Dilo, no tengas miedo de no sentirlo. No tengas piedad alguna de mi. Di eso que estoy deseando volver ha oír. Dime que me quieres. No te preocupes por nada. Yo te creeré. Necesito creerte. No me quites esta venda de los ojos. Nunca. Jamás. Soy feliz así. Volvamos a vivir una mentira. Quiero volverla a vivir contigo. Sólo contigo. Me encantas cuando mientes. No me digas la verdad. Nunca. Jamás. No me digas que no sientes nada. Déjame que me imagine el por qué de tus besos en aquel rincón. El por qué de tus caricias en mi habitación. El por qué apareces sin avisar. El por qué aun sigues estando en mi vida. Sólo déjame imaginar. Imaginar que aun sigue existiendo ese sentimiento que nos unía. No me digas que eso jamás existió. Que simplemente fue cosa mía. Una más en tu lista. No puedo dejar de quererte. Ya no tiene caso que lo intente.

Esta noche me acompaña la misma pregunta a la cama.

 ¿Te volveré a tener?