La combinación perfecta.
Todo empezó por una invitación a una caña.
- ¿Te apetece perderte un rato conmigo?
- Pero si hace mucho frío.
- ¿Crees qué dejaré que pases frío?- Sonrío, como sólo él lo sabe hacer. Esa sonrisa que tanto me gusta. Esa sonrisa que me vuelve loca. Que hace que pierda el control.
Le cogí de la mano. Y el resto os lo podréis imaginar.
FELIZ, no se si es la palabra correcta. Sé que al final todo se acabará.
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